Tenerife, conocida como una de las joyas que conforman el archipiélago canario. Es sol, son playas de arena negra y chiringuitos, papas con mojo. También es su gente, su buen rollito y su eterna tranquilidad...el Padre Teide que dió vida a todo.
Pero personalmente, lo que me cautivó de aquella isla atlántica no fue nada de lo citado anteriormente; fue su bosque de laurisilva, su verde salvaje, su humedad, su lluvia horizontal y su mar de nubes. Es adentrarse en la selva en un lugar en donde nunca lo hubieras imaginado, y resulta fascinante salir de la playa e introducirte en la fresca umbría del monte.
Fuente: Elaboración propia |
Al contacto con la ella, la niebla que forma el mar de nubes choca con las hojas de los árboles, y gota a gota de forma continuada va mojando y empapando el suelo para posteriormente, filtrarse y formar parte de las aguas subterráneas de la isla.
Pero el bosque de laurisilva, además de esta lluvia tan característica, necesita unas determinadas condiciones: unas precipitaciones anuales que oscilen entre los 500 y 1.100mm , unas temperaturas suaves entre los 15 y 19ºC y una altitud comprendida entre los 400 y 1.500m; siendo la ubicación idónea el norte de las islas.
En cuanto a composición de este bosque, la característica principal es que es un bosque cerrado, una cobertura vegetal de musgos, helechos a ras de suelo, y unos árboles que en varios ejemplares muestran un factor común; la morfología de sus hojas. Y es que la gran mayoría recuerdan a las hojas del laurel, aunque muy pocas especies pertenecen realmente a su familia. El motivo, es pura supervivencia; para repelar el exceso de humedad propio de esta zona por el fenómeno explicado anteriormente, dichos árboles han sufrido una convergencia evolutiva de tal modo que sus hojas están dotadas de una especie de cera que a pesar de la humedad las mantiene secas.
Además, lo especial también de este bosque es que es un "fósil vivo", y digo fósil porque su origen se remonta a hace más de 20 millones de años en el periodo terciario.
A finales de ese periodo, se sucedieron una serie de glaciaciones que fueron desplazando la laurisilva hacia el sur, buscando lugares con temperaturas más suaves. asentándose así en el norte africano y los archipiélagos macaronésicos; siendo en éstos últimos donde perdura actualmente. Por tanto, es un legado con el cual nos podemos imaginar cómo fue la vegetación que cubría el contienente europeo durante el Terciario.
Fuente:Elaboración propia |
Además, lo especial también de este bosque es que es un "fósil vivo", y digo fósil porque su origen se remonta a hace más de 20 millones de años en el periodo terciario.
A finales de ese periodo, se sucedieron una serie de glaciaciones que fueron desplazando la laurisilva hacia el sur, buscando lugares con temperaturas más suaves. asentándose así en el norte africano y los archipiélagos macaronésicos; siendo en éstos últimos donde perdura actualmente. Por tanto, es un legado con el cual nos podemos imaginar cómo fue la vegetación que cubría el contienente europeo durante el Terciario.
Para los canarios, el toponimio utilizado es monte verde, y a la vista está el motivo.Es un bosque salvaje, selvático, denso, donde mires donde mires ves ese intenso y mojado color. Las especies que más abundan y podemos encontrar son los laureles o loros, barbusanos, viñátigos, acebiños, cedros, paloblancos, hayas, macones y brezos. Todo ello de una belleza y encanto exhuberante.
Pero si no se protege, si no cuidamos y respetamos el medio que nos rodea, la laurisilva corre un grabe peligro. Como he citado anteriormente, este bosque vive única y exclusivamente en un entorno con temperaturas y grado de humedad determinado, que se ve altamente amenazado por el cambio climático y la consecuente subida global de temperaturas.
Las fotografías fueron tomadas en la isla de Tenerife, dentro del Parque Rural de Anaga, el cual fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO (1994). Pero sus islas hermanas de la Gomera y la Palma, también reunen las características adecuadas para dar vida allí al bosque de laurisilva, en el Parque Nacional de Garajonay (1981) declarado a su vez Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (1986) y el Canal y los Tilos declarado Reserva de la Biosfera (1983), respectivamente.
A partir del primer día que conocí y me adentré en este bosque, mi pequeño corazoncito se dividió en dos: medio es azul de mi querido Cantábrico y el otro medio es verde, de Anaga.
Anaga fue mi lugar de escape, ese sitio donde necesitas ir a desconectar para volver a conectarte a la vida.Sentimientos, emociones y paisajes ligados a ese bosque de cuento, en donde estoy segura que en algún momento sin darme cuenta, una pequeña hada caminó conmigo por aquellas senderos y me protegió para que por allí sola no me pasara nada. Anaga es empaparse hasta los huesos, empaparse de lluvia y de vegetación, es salir completamete mojada para después secarte a ese sol siempre presente. Es vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario