Vista al cielo de secuoias Fuente: Elaboración propia |
Y
es que, no hace falta cruzar el gran charco para poder contemplar a
esos árboles que son tan altos, que te hacen echar la cabeza para atrás
para poder ver el fin de su copa.Solo basta con adentrarse en tierras
cántabras cogiendo la Autovía del Cantábrico (A-8) en dirección Cabezón
de la Sal (donde cogemos la salida 259) y a continuación, a escasos
kilómetros del núcleo y siguiendo la CA-135 que nos dirige a Comillas,
encontramos a margen izquierdo de la carretera el acceso a dicho bosque.
El vehículo podremos dejarlo a la misma entrada donde existe un pequeño parking; y en el caso que éste estuviera lleno, si seguimos la carretera unos 500m más arriba encontramos otro parking de mayores dimensiones comunicado por una vía peatonal con el anterior, y consecuentemente, con la entrada al bosque.
El camino hacia los adentros de la arboleda, se inicia con una pasarela de madera de unos 500m de longitud y 1.5m de ancho. El fin de la misma, no es únicamente salvar el desnivel del terreno o evitar problemas de erosión y compactación del suelo, si no dar la posiblidad de disfrutar de este espectáculo arbóreo a personas de movilidad reducida.
El vehículo podremos dejarlo a la misma entrada donde existe un pequeño parking; y en el caso que éste estuviera lleno, si seguimos la carretera unos 500m más arriba encontramos otro parking de mayores dimensiones comunicado por una vía peatonal con el anterior, y consecuentemente, con la entrada al bosque.
El camino hacia los adentros de la arboleda, se inicia con una pasarela de madera de unos 500m de longitud y 1.5m de ancho. El fin de la misma, no es únicamente salvar el desnivel del terreno o evitar problemas de erosión y compactación del suelo, si no dar la posiblidad de disfrutar de este espectáculo arbóreo a personas de movilidad reducida.
Pasarela a los adentros del bosque Fuente: Elaboración propia |
Así, una vez finalizada la pasarela, el víaandante podrá recorrer y
disfrutar de las 2.5Ha de bosque a través de sus marcados senderos.
Bien es cierto, que los bosques de secuoias que tenemos en mente, son imágenes que muestran ejemplares enormes tanto en su altura como grosor; y es que estamos condicionados por los inviduos de la costa oeste de EE.UU que hemos visto en la televisión o en internet, donde se trata de una especie bastante común y longeva.
Aquí, sin embargo, los ejemplares no han alcanzado esas dimensiones, ya que no hace ni siquiera un siglo que fueron plantadas. Fue durante la década de los '40 del siglo pasado, cuando se intentó dar una solución a la elevada demanda de madera que sufrió Cantabria con los astilleros, las ferrerías y la Real Fábrica de Artillería de la Cavada durante los S.XVII- XVII, y posteriormente, en el S.XIX con el desarrollo de la industria, la minería, el ferrocarril, las desamortizaciones y la necesidad de crear pastos para el ganado. Por todo ello, se decidió crear en 1942 el consorcio del Monte Corona con el Patrimonio; y durante tres décadas se introdujeron nuevas especies de rápido crecimiento para frenar la escasez de madera. Ejemplares de pino y eucalipto se plantaron junto a las secuoias que hoy permanecen como vestigio de aquella política forestal que, como suele suceder, finalmente quedó en el olvido.
Como resultado, el bosque actual. Un bosque donde conviven 848 ejemplares de secuoias ( Secuoia sempervineris o sequoia roja), con una altura media de unos 36m y un tronco en su base que cuenta con 1,6m de diámetro.
Bien es cierto, que los bosques de secuoias que tenemos en mente, son imágenes que muestran ejemplares enormes tanto en su altura como grosor; y es que estamos condicionados por los inviduos de la costa oeste de EE.UU que hemos visto en la televisión o en internet, donde se trata de una especie bastante común y longeva.
Aquí, sin embargo, los ejemplares no han alcanzado esas dimensiones, ya que no hace ni siquiera un siglo que fueron plantadas. Fue durante la década de los '40 del siglo pasado, cuando se intentó dar una solución a la elevada demanda de madera que sufrió Cantabria con los astilleros, las ferrerías y la Real Fábrica de Artillería de la Cavada durante los S.XVII- XVII, y posteriormente, en el S.XIX con el desarrollo de la industria, la minería, el ferrocarril, las desamortizaciones y la necesidad de crear pastos para el ganado. Por todo ello, se decidió crear en 1942 el consorcio del Monte Corona con el Patrimonio; y durante tres décadas se introdujeron nuevas especies de rápido crecimiento para frenar la escasez de madera. Ejemplares de pino y eucalipto se plantaron junto a las secuoias que hoy permanecen como vestigio de aquella política forestal que, como suele suceder, finalmente quedó en el olvido.
Como resultado, el bosque actual. Un bosque donde conviven 848 ejemplares de secuoias ( Secuoia sempervineris o sequoia roja), con una altura media de unos 36m y un tronco en su base que cuenta con 1,6m de diámetro.
Secuoias conviviendo Fuente: Elaboración propia |
Se trata de un árbol que no es propio de esta tierra, si no de una especie inhabitual en Cantabria, pero que con el paso del tiempo ha conseguido convivir en armonía con el resto de especies y que ha creado un espacio singular, motivo por el cual se decidió proteger mediante el decreto 41/2003, otorgandole así la declaración de Monumento Natural y pasando a ser parte de nuestro patrimonio.
Gracias a ello, tenemos la posibilidad de disfrutar de este pequeño y especial rinconcito en Cantabria y os invito, a todos aquellos que me estaís leyendo y aún no os habeís acercado, a visitar y disfrutar de este bosquecito tan peculiar.
Señalar, que la presente entrada , forma parte también de otro blog que acabo de comenzar con un gran amigo y que se titula "Descubre Cantabria con nosotros", donde podrás encontrar información sobre rutas, lugares de interés, excursiones en esta pequeña comunidad autónoma que tanto tiene por ofrecer...pásate por allí y si te gusta, quédate!
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